Día 8 Último día del viaje.
Despierto de nuevo en el Montana Hostel, están por aquí mis chicas así que voy a desayunar con ellas.
Os quiero contar una cosa, aparte del salmón, que ha sido el ingrediente estrella que no ha faltado en mi dieta estos días, hay otra cosa deliciosa que probé justo en el desayuno de este Hostel y que es típica noruega… ¡mirad que pinta!
Sí, ¡ Es queso! pero no un queso cualquiera, se llama Brunost es el típico queso dulce escandinavo, se hace en todos los países escandinavos pero se asocia a Noruega, sabe a caramelo y está hecho con leche de cabra…¡ un pecado en la dieta y un agradable descubrimiento para los amantes del queso como yo! Brun en noruego significa moreno y ost, queso. También lo llaman Geitost. ( Geit significa cabra).
¡Buenos días Bergen!
Cris y Karen ya están programando trekking para ir a otra montaña con bosques encantados. Dani y Patri una excursión de fotografía al centro con otro grupo de 10 personas que se alojan en el Hostel, no es obligatorio ir, pero es un plan divertido y los chicos que se hospedan se apuntan casi siempre, es una manera también de conocer gente de otros países y compartir actividades descubriendo una ciudad. Este Hostel promueve mucho este tipo de actividades. Creando una comunidad que interactúe entre sí, compartiendo vivencias, con planes muy chulos cada día, ya sea naturaleza, visitas culturales, fotografía, barbacoas por la tarde… Me ha gustado un montón este viaje, la verdad.
Os voy a contar un poquito más sobre las voluntarias que trabajan en el Hostel Montana, que os he dicho varias veces que son una de las mejores cosas que me han pasado en este viaje.
Cris es de Galicia, aparte de ser voluntaria en el Hostel, también trabaja como guía turístico en la ciudad. Katrin es de Austria, es la más jovencita de todas, acaba de llegar hace poco, pero aquí esta con 19 años viviendo esta aventura!. Patri es de Valencia, no puede ser mas buena persona, nos encontramos un gato que se atragantó por la calle ¡¡ y no se fue de su lado hasta que no tosió una bola de pelo con la que podríamos haber hecho un cojín!! y Daniela, mi mexicana fotógrafa favorita, súper risueña simpática y con la que aprendí muchísimas cosas de la cultura Noruega.
Ellas son una de las mejores partes del viaje, me llevo un recuerdo genial de Bergen en especial.
Hoy me da tiempo a un último paseo por la ciudad antes de empezar ¡la gymkana de vuelta a casa!
Cada 4 años hacen una conmemoración de cuando sus antepasados iban a la guerra y los niños o jóvenes adolescentes salían con tambores y arcos recorriendo las calles de Noruega. Tradición escandinava que se ha ido perdiendo con el tiempo y a día de hoy solo puede verse en Bergen.
¡Qué calles mas bonitas tiene esta ciudad! Además tiene ambientazo para terraceo, tiendecitas y bares de madera. Es una ciudad acogedora, quizá en parte debido al paisaje natural que tiene, Bergen está atrapada entre laderas de montaña y con vistas al mar. Merece la pena una visita o dos para perderse por sus calles recorriendo la ciudad.
¿La mejor época para ir?
24 junio a 21 de septiembre, donde es más probable que podáis ver el sol, ya que su clima es lluvioso siempre hasta la desesperación. Acumula todos los récords como ciudad mas lluviosa de Europa, donde llueve 335 días al año, me siento afortunada de haber tenido 8 días para disfrutar Noruega a pleno sol.
Hay varios motivos para venir a Bergen. El más común como os he contado, es empezar desde aquí vuestra aventura por los impresionantes fiordos, pero la ciudad en sí misma tiene un gran atractivo ya que en ella se encuentra uno de los barrios más bonitos de Europa. Un sector histórico reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Se llama Bryggen, una zona de casitas de madera que aún conserva el aspecto de la ciudad vikinga de hace siglos. A pesar de ser reconstruidas en numerosas ocasiones tras varios incendios. El barrio de Bryggen es la postal típica de Bergen, este puerto fue el motor noruego más importante en el comercio marítimo durante cientos de años.
Ha sido un viaje impresionante, lleno de aventuras y naturaleza en estado puro. El reto de subir a Preikestolen, despertar en sitios de película en medio de paisajes increíbles, graffitis en Stavanger que son autenticas obras de arte, la paz de Flørli y el desafío a la vez de sus 4444 peldaños, la historia entre las calles con casitas de madera que tiene Bergen. Flåm, el pueblo paraíso en el corazón de los fiordos, el trayecto en tren más bonito del mundo, cascadas, pueblecitos de pescadores y el mirador de Stegastein o la travesía ente los fiordos, donde sientes cada minuto que Noruega no deja de sorprenderte. Quiero agradecer esta experiencia a Fjord Norway, visit Norway y Hi hostels, ya que sin ellos no hubiera sido posible.
Ahora solo queda un tranvía con rumbo al aeropuerto de Bergen. Escala en Oslo y vuelta a Madrid, con una mochila llena de aventuras…y también algún Troll. ¡Qué bonita eres Noruega!
2 comentarios sobre “Bergen – Madrid”